La nutrición, como el resto de esferas del conocimiento humano, no es ajena a los mitos, las medias verdades o las mentiras que arraigan con fuerza en las creencias populares. Con frecuencia, el mito, en su radical libertad, queda revestido de un aura de misterio y fascinación, que la verdad, aburrida y limitada, no posee, y que hace que opongamos resistencia a aceptarla. Sin embargo, comer (y también comer sano), ya es bastante divertido de por sí, y desde Ugarte Nutrición nos vemos en la obligación de desmentir esos mitos.
Algunos de los más extendidos son los que se refieren al zumo de naranja. A continuación repasaremos los más conocidos:
La vitamina C se pierde si no tomas el zumo recién exprimido: las madres son un pozo de sabiduría, pero también una fuente inagotable de propagación de mitos. Cuenta la leyenda que lo único que una madre no puede encontrar es la vitamina C del zumo de naranja tan solo unos minutos después de ser exprimido. También es posible que ellas mismas hayan creado el mito para convencer a sus hijos de que se lo tomen enseguida y lleguen a tiempo al colegio. Sea como sea, la realidad es que la vitamina C tarda horas en disminuir su contenido de forma significativa. Los últimos estudios confirman que hasta doce horas. ¿Quién dice ahora que un delicioso zumo de naranja no puede ser una nueva bebida social como el té o el café? Larga vida a las madres y su imaginación, pero también al zumo de naranja. En el vaso, quiero decir.
La vitamina C previene el resfriado: no todo iban a ser buenas noticias en la ardua tarea del desmontador de mitos. La vitamina C no previene los resfriados, pero sí puede reducir su duración en aproximadamente un día. Sólo una advertencia para los amantes de los mitos: tomar zumo de naranja como si fuera cerveza no tiene efectos acumulativos. No vas a conseguir reducir en más de un día la duración de tu resfriado, y quizá sí una buena diabetes.
Un vaso de zumo equivale a una ración de fruta: detractores de la fruta hay muchos y para todos ellos en su complicada y amarga relación hay un momento de felicidad extrema. No hay nada como exprimir una naranja, verter el zumo en un vaso, y comprobar que falta otra para llenarlo. Con suerte, una tercera. Tres piezas de fruta de cinco diarias de una sola tacada. Sin tener que pelar, ni masticar esa ominosa textura. El éxtasis. Te dejo dormir un poco más. Sólo cinco minutos... ¿Ya está? Hora de despertar. En el zumo, la fibra se desecha con la pulpa, junto a parte de las vitaminas. Sin esa fibra, nuestro cuerpo absorbe el azúcar muy rápidamente, aumentando los niveles de glucosa y provocando picos de insulina perjudiciales para la salud. Así que, exprime la vida, no las naranjas.
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